After decades of collective work, public access is now available to a series of publications that brings back the historical memory of the first Marxists in the Americas
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Le marxisme de Luiz Carlos Prestes
Leader révolutionnaire et dirigeant du Parti communiste brésilien, il a participé à de nombreux événements historiques (tenentismo, Alliance Nationale de Libération). Il a légué une contribution importante pour comprendre la Révolution au Brésil.
Dictionnaire Marxisme en Amérique : une récupération historique de mémoires de lutte
Cette œuvre rend compte de la vie, de la pensée et de la praxis politique des premiers marxistes des nations américaines. Nous la rendons publique après des années de travaux collectifs.
Diccionario marxismo en América: un rescate histórico de memorias combativas
Luego de media década de trabajo colectivo, se empieza a publicar esta obra que registra la vida, el pensamiento y la práctica política de los primeros marxistas de las naciones americanas Por Yuri Martins-Fontes, Joana Coutinho, Pedro Rocha Curado, Felipe Deveza, Paulo Alves Jr. y Solange Struwka * [Traducción del portugués: Claudia Marcela Orduz Rojas y Yodenis Guirola] El Diccionario marxismo en América es una obra de recuperación histórica de la memoria de los primeros pensadores y militantes que, desde el referente teórico del materialismo histórico, se dispusieron a reflexionar y enfrentar los problemas sociales, políticos y económicos de las nuevas naciones americanas, iniciando el desarrollo del pensamiento-lucha marxista en el continente. Obra educativa y crítica de características inéditas, especialmente en lengua portuguesa, el proyecto es coordinado por el Núcleo Práxis de Pesquisa, Educação Popular e Política de la Universidade de São Paulo –organización que se dedica a actividades políticas y de educación popular– y cuenta actualmente con casi un centenar de investigadores voluntarios, de diferentes países, en esta investigación arqueológica sobre los orígenes del marxismo en las Américas. Los primeros tomos, previstos para más de mil páginas, contienen entradas que abarcan biografías y ensayos sobre las ideas y la praxis política de unos 150 marxistas que vivieron, escribieron y actuaron en los países americanos – en un período que va desde el siglo XIX (formación del marxismo en el continente), hasta la década de 1970 (cuando se agudiza la crisis estructural capitalista y se multiplican los marxismos). Por ahora, después de media década de esfuerzos colectivos, el diccionario marxista comienza a hacerse público gradualmente: sus entradas pueden leerse libremente en línea, en forma de “artículos”, disponibles periódicamente en el portal del Núcleo Práxis-USP y luego republicadas por destacados portales asociados. Esta degustación preliminar —del primer volumen, relativo al período de formación del marxismo en América— se extenderá a lo largo de los próximos dos años con el objetivo tanto de divulgar la obra (cuyo objetivo no es sólo teórico, sino también educativo), como de brindar espacio para lecturas críticas y posibles mejoras de los textos, antes de llegar al público en formato de libro. Próximamente, la publicación completa será editada por las Edições Práxis en coedición con la Editora Expressão Popular, y tendrá dos ediciones: una impresa (a precios populares) y otra digital (gratuita). Comienzos de la obra En 2015, los fundadores del Núcleo Práxis-USP, entre encuentros políticos y debates del Grupo de Estudios sobre el Marxismo (uno de sus primeros proyectos), pensaron en ampliar las actividades del colectivo hacia la educación popular. Era un momento difícil, en que se gestaba el golpe de Estado en Brasil, el cual se concretó al año siguiente. En ese contexto, se consideraron dos nuevos proyectos: un foro de discusión sobre derechos sociales (que se creó un poco más tarde, en colaboración con asociaciones y comunidades de la ciudad de São Paulo); y una antología, crítica y didáctica a la vez, que reuniera ensayos de destacados marxistas latinoamericanos, con el fin de ofrecer a estudiantes y trabajadores un panorama de las teorías y prácticas marxistas desarrolladas en nuestra América. En ese proceso, el coordinador general del Núcleo Práxis, Yuri Martins-Fontes, en una reunión en el Laboratorio de Economía Política e Historia Económica de la USP presentó la idea al profesor Wilson do Nascimento Barbosa, quien dirigía las investigaciones de la entidad. En una tarde de diálogo, la idea se afinó y amplió. En lugar de una antología, con artículos complejos, que tendería a restringirse al territorio académico —se pensó: ¿por qué no juntar más esfuerzos y producir una obra más grande, una publicación educativa, de referencia, con textos más cortos pero que lograra presentar la gran diversidad de problemas y corrientes del marxismo desarrolladas por más de un siglo a lo largo del continente —un libro que pudiera servir no solo a los estudios secundarios y universitarios, sino también contribuir a la formación política de los jóvenes socialistas? La semilla estaba plantada. El proyecto fue escrito y presentado a una prestigiosa editorial, que requirió una entrada, como ejemplo. El coordinador respondió a la solicitud, elaborando un primer texto sobre Mariátegui, basado en el modelo que había desarrollado recientemente en su tesis sobre el marxismo latinoamericano (luego publicada como Marx na América: a práxis de Caio Prado e Mariátegui). La editorial aprobó la publicación, aunque destacó que en ese momento no podía dedicarse a la producción del proyecto. La realidad nacional – económica, social, cultural- que no era favorable, pronto se deterioró. El Núcleo Práxis-USP contaba entonces con poco más de una decena de miembros, pocos de los cuales estaban dispuestos a emprender la aventura. Sin apoyo material, o como mínimo estructural, el plan fue archivado. El Renacimiento En 2018, el Núcleo Práxis experimenta un período de crecimiento como resultado del dinamismo en torno a sus proyectos —en particular el Grupo de Estudios (que entonces leía El Capital, de Marx), la traducción colectiva Historia y Filosofía (selección de Caio Prado Júnior, publicada en 2020 en Argentina), y el Fórum de Formação Política de Lideranças Populares (cuyas conversaciones periódicas reunían a educadores y líderes comunitarios). Muchos militantes —investigadores de diferentes áreas, universidades y países —se suman al colectivo. Con este movimiento de expansión, la organización gana aliento y fuerza para considerar nuevas acciones. Las reuniones sobre posibles rumbos se sucedieron hasta que es aprobado el propósito de construir una publicación periódica: una revista política de carácter popular, que ofreciera a estudiantes y trabajadores una voz discordante en aquel ambiente fascista que reverberaba en el país —una época de creciente irracionalidad, si no apoyada, sí consentida por los grandes medios de comunicación y demás fuerzas neoliberales, irritadas por las reformas sociales (básicas) de los gobiernos populares. Nuestra experiencia con publicaciones periódicas era escasa —limitada a unos pocos miembros que, en la década de 2000, durante algunos años, habían editado el tabloide A Palavra Latina. Por otra parte, el buen momento del colectivo se notaba en la propia intención, manifiesta por varios de los participantes, de implicarse en un proyecto periódico de largo plazo. Hay un ir y venir de propuestas y debates hastaContinuar lendo “Diccionario marxismo en América: un rescate histórico de memorias combativas”
O marxismo de Maurice Spector
Jornalista, editor, advogado, dirigente político, foi fundador do Partido Comunista do Canadá, com o qual depois romperia, passando a promover a Oposição de Esquerda Internacional, de linha trotskista Por Sean Purdy, Pedro Rocha Curado e Argus Abreu de Morais SPECTOR, Maurice (russo-ucraniano-canadense; povoado desconhecido/Império Russo, 1898 – Nova Iorque/Estados Unidos, 1968). 1 – Vida e práxis política Maurice Spector nasceu na região ocidental do Império Russo, território da atual Ucrânia. Filho de um pequeno comerciante e de uma dona de casa, ainda bebê imigrou com a família para o Canadá. Já na adolescência, entrou para o movimento socialista, filiando-se ao Social Democratic Party [Partido Social-Democrata] do Canadá e começando a escrever artigos para seu jornal, The Canadian Forward [A Vanguarda Canadense]. Com vinte anos de idade, ele leu a tradução ao inglês do texto “Os bolcheviques e a paz mundial” (1914), de Leon Trótski – posteriormente editado com o título “A guerra e a Internacional”. Durante sua graduação em Direito na Queen’s University (Kingston, Canadá), Spector teve contato com as obras de Lênin e de outros comunistas russos e europeus. Entre 1918 e 1921, junto a camaradas socialistas – como Florence Custance e Thomas J. Bell –, organizou um coletivo de propaganda, a Plebs League [Liga dos Plebeus], e um grupo de formação política, o Toronto Workers Educational College [Faculdade dos Trabalhadores de Toronto], este último comandado por Jack MacDonald. Essas duas agremiações, contando com o apoio da Internacional Comunista (IC), estiveram entre as principais forças políticas que se reuniram na cidade de Guelph (Ontário) com o objetivo de formar o Communist Party of Canada/ Parti communiste du Canada (CPC) [Partido Comunista do Canadá], em 1921 – do qual o jovem Spector foi um dos fundadores. Como ocorreu em muitos países à época, o intelectual e socialista canadense, antes membro de um partido social-democrata com referências marxistas vagas, foi bastante influenciado pela Revolução Russa (1917). Segundo ele, a conquista do poder pelos bolcheviques tinha levado à criação de um novo tipo de socialismo, melhor fundamentado nas ideias de Karl Marx e Friedrich Engels – e tendo como prioridade a formação de partidos revolucionários ao redor do mundo. Eleito presidente do recém-nascido CPC, Spector escreveu seu primeiro programa partidário, juntamente com seus camaradas Custance e Tom Bell. Além disso, ajudou a estabelecer a base organizacional, intelectual e política da nova entidade comunista que, até 1925, chegou a organizar 5 mil militantes – tendo influência decisiva em importantes greves e mobilizações sociais. Teve também uma participação importante quando atuou como interlocutor da direção do partido junto às “Federações Nacionais”, as quais eram compostas por imigrantes membros do CPC, divididos em seus respectivos grupos nacionais, que constituíam a maioria da militância partidária. No período de 1921 a 1928, foi editor do jornal semanal do CPC, The Worker [O Trabalhador], e da revista mensal do partido, Canadian Labor Monthly [Mensário Canadense do Trabalho], escrevendo centenas de artigos sobre a conjuntura da luta de classes, a economia política e os eventos internacionais do movimento comunista, além de promover debates e comícios por todo o país. Ao longo dos anos 1920, tornou-se o dirigente e intelectual político central do CPC, participando dos principais debates do partido e atuando como seu delegado no IV Congresso da Internacional Comunista, em 1922. Em 1923, viajou por várias cidades do Canadá, proferindo sete palestras em duas semanas e percorrendo de trem mais de três mil quilômetros. Regularmente, falava em eventos para centenas de trabalhadores, e acompanhava piquetes, greves e outros atos do movimento operário e comunista. Em seus escritos e intervenções públicas do período, Spector se dedicou a transmitir ao povo canadense os mais importantes debates e argumentos dos revolucionários bolcheviques, além de tratar de notícias políticas internacionais em evidência, como a Revolução Alemã. A partir de 1924, alguns membros do CPC passaram a se contrapor às posições da IC contrárias a Trótski e à corrente soviética Oposição de Esquerda. Spector redigiu então uma declaração de seu partido à Internacional, argumentando não haver motivos suficientes para punir Trótski. Em 1927, Spector foi o mais votado entre oito candidatos para o Comitê Central Executivo do CPC – embora no partido houvesse também muitos adeptos da IC, então comandada por Josef Stálin. No ano seguinte, seria eleito membro do Comitê Executivo da Internacional Comunista, vindo a participar do VI Congresso da organização, em Moscou (1928). À época, Spector e o delegado dos Estados Unidos, James P. Cannon, não se alinhavam ao trotskismo. Mais tarde, ambos reconheceriam que ainda não entendiam bem o que estava acontecendo na URSS e no movimento comunista internacional. Com efeito, informações sobre os debates políticos internos soviéticos eram ainda escassos e mesmo evitados pelos dirigentes da III Internacional e de seus partidos membros. Entretanto, a postura dos dois comunistas mudaria após terem contato com o documento “Crítica ao programa provisório da IC”, escrito por Trótski quando ele já havia sido expulso do partido e enviado para viver no Cazaquistão Soviético. O texto – que circulou com o aval da IC, conforme as normas vigentes do “centralismo democrático” – tinha sido traduzido para o inglês e distribuído aos delegados presentes; nele, Trótski criticava diretamente as posições de Stálin e de Nikolai Bukharin, enfatizando os problemas relacionados à defesa da ideia de “socialismo em um só pais” e a desistência, por parte do governo soviético, da política da “frente única”. Spector e Cannon guardaram cópias desta tradução e voltaram a seus respectivos países, onde passariam a discutir suas desfiliações dos partidos comunistas alinhados com a IC. Juntamente com comunistas da França, Alemanha e Reino Unido, começaram a gestar a Oposição de Esquerda Internacional – influenciada por Trótski. Em novembro de 1928, o marxista canadense, que havia sido considerado suspeito de ser simpático à oposição trotskista, escreveu uma carta ao Comitê Central Executivo do CPC detalhando seu pleno apoio às críticas feitas por Trótski à III Internacional. No mês seguinte, Spector e mais doze membros, que se puseram a seu lado, foram expulsos do partido. Diferentemente do estadunidense James CannonContinuar lendo “O marxismo de Maurice Spector”
O marxismo de Mário Pedrosa
Jornalista, crítico de arte e sobretudo um militante revolucionário internacionalista, defendeu a necessidade da revolução socialista brasileira, sob a liderança dos trabalhadores — organizados em partido próprio Por Everaldo de Oliveira Andrade * [PDF] PEDROSA, Mário (brasileiro; Timbaúba/Pernambuco, 1900 – Rio de Janeiro, 1981) 1 – Vida e práxis política Mário Xavier de Andrade Pedrosa nasceu na Zona da Mata pernambucana. Foi desde a juventude um filho desgarrado. Sua família era originária de senhores de engenho do Nordeste, que se voltaram depois para a administração pública; seu pai, Pedro da Cunha Pedrosa, foi senador e ministro do Tribunal de Contas. Mário Pedrosa foi enviado pela família, em 1913, para estudar na Europa, e lá ficou até 1916. Entre 1920 e 1923, na Faculdade Nacional de Direito do Rio de Janeiro, tomou contato com as ideias socialistas e o marxismo, despertando para a vida política e intelectual a serviço da classe trabalhadora, luta de que jamais se separaria; formou-se em 1923, mas sua vida tomaria outros caminhos. Ele fez parte da primeira geração de militantes comunistas do Brasil que aderiam à luta revolucionária no momento seguinte à Revolução Russa (1917). Em 1925, se aproxima do PCB através do jornal A Classe Operária. No ano seguinte, filiou-se ao partido, e em março de 1927 começou a trabalhar em João Pessoa (PB) como agente fiscal, mas logo desistiu da profissão. Em São Paulo, assumiu o trabalho de organização do Socorro Vermelho (que apoiava prisioneiros políticos comunistas). Na mesma época, passou a escrever regularmente para a revista teórica do partido, e trabalhou como jornalista no jornal Folha da Manhã. No final de 1927 foi indicado pela direção do PCB para frequentar a Escola Leninista em Moscou, curso de formação de militantes da III Internacional. Em novembro de 1927, já em Berlim, aprofundam-se as crises políticas no interior do PCUS, na URSS. Ele ficaria na Europa até 1929, e aí aderiu às propostas da Oposição de Esquerda russa (dirigida então por Trótski, Kamenev e Zinoviev), que se contrapunha ao poder de Stálin. Mário voltou ao país em 1929, disposto a construir um núcleo da Oposição de Esquerda no PCB, e encontrou uma polêmica no partido – sobre alianças políticas –, que opunha Rodolpho Coutinho à maioria da direção. Iniciou então a organização do Grupo Comunista Lênin (GCL), lançado oficialmente em 1930, com a publicação do jornal Luta de Classes. Em 1933, junto a outros militantes, fundou a Editora Unitas, que passaria a publicar textos e livros revolucionários. Com a formação, em 1931, da Oposição Internacional de Esquerda, o grupo liderado por Pedrosa muda de nome para Liga Comunista do Brasil (LCB). Atuam com o objetivo de combater, dentro da III Internacional (IC), o stalinismo, visto como uma orientação que se afastava das bandeiras democráticas e revolucionárias. Nesse período, a IC se inclinava a uma política antifascista, de colaboração de classes com setores das burguesias. Ademais, agravava-se a pressão contra adversários do stalinismo, com muitas expulsões por divergências com a direção – ocasião em que sofreram perseguições inclusive antigos bolcheviques, que tinham sido companheiros de Lênin. No Brasil, Mário Pedrosa liderou a resistência, em particular a defesa da unidade da classe trabalhadora no combate ao fascismo – que se erguia. Em São Paulo, é formada a FUA (Frente Única Antifascista), agrupando muitas organizações socialistas e anarquistas, que passa a editar o jornal O Homem Livre (no qual Pedrosa publicou vários textos). Em 1934, a FUA decidiu impedir o desfile dos fascistas integralistas em São Paulo; ocorreu um confronto armado na Praça da Sé, e Pedrosa foi um dos atingidos por tiros. Nos anos seguintes, há novos choques políticos. Os comunistas brasileiros alinhados com Moscou, orientados pela IC a buscarem uma aliança com a burguesia, criam a ANL (Aliança Nacional Libertadora) – em uma tentativa de frente democrática ampla. Contudo, a aventura militar comunista de 1935 serviria como pretexto para a repressão ao conjunto das organizações dos trabalhadores, facilitando o caminho para a ditadura de Vargas. Pedrosa criticava a ANL, por ter nascido de um acordo entre dirigentes do Partido Comunista e alguns militares e políticos pequeno-burgueses. Sua ação ganhou praticamente toda a seção paulista do PCB, liderada por Hermínio Sachetta, num momento de crescentes perseguições (ditadura do Estado Novo). Pedrosa exilou-se na França, em 1937, fugindo da polícia varguista, e logo se integrou às tarefas políticas do movimento pela IV Internacional, um desdobramento da Oposição Internacional de Esquerda. Em 1938, em conferência realizada em Paris, foi delegado, representando as seções latino-americanas; ao final foi eleito representante da América Latina e membro do I Comitê Executivo da IV Internacional. No ano seguinte, mudou-se para Nova Iorque com toda a direção da IV Internacional, recém-eleita, e dois anos depois se afastou da organização, por discordar da proposta de defesa incondicional da URSS. Com o fim da guerra em 1945 e sua volta ao Brasil, Pedrosa dirige a publicação do jornal Vanguarda Socialista no Rio de Janeiro, agrupando antigos simpatizantes. O grupo em torno do jornal aproximou-se de outros grupos socialistas contrários ao stalinismo, e daria origem à chamada “Esquerda Democrática”, que teve seu manifesto de fundação aprovado em agosto de 1945; já em agosto de 1947, adota o nome de Partido Socialista Brasileiro (PSB), que duraria até 1965. Em 1956 o coletivo liderado por Pedrosa e Raquel de Queiroz se afasta e forma a Ação Democrática. Ao mesmo tempo que exercia ativamente sua militância política, Mário Pedrosa desenvolveu a atividade profissional de crítico de arte – sempre baseando sua análise no marxismo –, por meio de que buscou libertar a arte brasileira do seu isolamento nacional, provinciano. Defendeu para arte brasileira a necessidade da renovação da experiência, do espírito ventilado e internacionalista, valorizando ao mesmo tempo a identidade local. Tratava-se de um posicionamento político e libertário em relação à produção e criação artística, que se chocava de um lado com o nacionalismo conservador, mas também com o realismo socialista e panfletário dos artistas ligados ao PCB ou em sua esfera de influência. Esteve presente nos grandes eventosContinuar lendo “O marxismo de Mário Pedrosa”
O marxismo de Luiz Carlos Prestes
Líder revolucionário e dirigente do Partido Comunista Brasileiro, protagonizou eventos históricos (Tenentismo, Aliança Nacional Libertadora), legando importantes contribuições para a compreensão da Revolução Brasileira Por Anita Leocadia Prestes * [PDF] PRESTES, Luiz Carlos; “Cavaleiro da Esperança” (brasileiro; Porto Alegre, 1898 – Rio de Janeiro, 1990) 1 – Vida e práxis política Nascido em Porto Alegre (RS), filho de Antônio Pereira Prestes, oficial do Exército que participou do movimento republicano de 1889, e Leocadia Felizardo Prestes, o jovem Prestes acompanhou os pais e as irmãs para viver no Rio de Janeiro em busca de tratamento para o pai, acometido de grave enfermidade. Em 1908, com o falecimento do pai, a família atravessa grandes dificuldades financeiras, enfrentadas com coragem por Leocadia na educação do filho e das suas quatro irmãs. Órfão de oficial do Exército, o jovem Prestes, gozando da gratuidade do ensino, ingressa no Colégio Militar, dando início aos onze anos à carreira militar. Aluno brilhante, em 1916, matricula-se na Escola Militar de Realengo (RJ), continuando sua formação como engenheiro militar, concluída em 1919, passando a servir na Companhia Ferroviária em Deodoro (RJ). Promovido a primeiro-tenente, Prestes participa da conspiração tenentista iniciada em 1921 e da preparação do levante de 5 de julho de 1922 na capital da República, do qual, acometido de tifo, não pôde participar. Derrotado em poucas horas, o movimento tornou-se conhecido com o Levante do Forte de Copacabana ou “Os 18 do Forte”. Sob a suspeita de conspirar contra o governo, o então capitão Prestes é transferido para o Rio Grande do Sul com a missão de fiscalizar a construção de quartéis. Suas denúncias da corrupção nessas unidades levaram as autoridades a transferi-lo para o comando de uma companhia do Primeiro Batalhão Ferroviário (1ºBF) de Santo Ângelo. A conspiração tenentista prosseguiu com os objetivos de: depor o presidente Artur Bernardes, passando o poder a um político que cumprisse a Constituição de 1891 então desrespeitada; e de introduzir o voto secreto, eliminando a fraude eleitoral e estabelecendo uma justiça independente que respeitasse os preceitos liberais consagrados pelo regime republicano. O programa era limitado, já que as questões sociais não eram contempladas e sua execução caberia aos militares. Os “tenentes” não pretendiam mobilizar o povo. Em 1924, teve lugar o “Segundo Cinco de Julho” – o levante tenentista em São Paulo, sob o comando do general Isidoro Dias Lopes e do major da Força Pública desse estado Miguel Costa. Violentamente reprimidos pelo governo federal, os rebeldes se deslocaram para o Sul do país, estabelecendo-se na região de Foz do Iguaçu. Prestes participava da conspiração tenentista no Rio Grande do Sul e, ao mesmo tempo, preparava os soldados do 1ºBF para atuarem organizadamente no levante projetado. Na cidade de Santo Ângelo, onde instalou nova iluminação elétrica, gozava de grande prestígio. Em setembro de 1924, pediu demissão do Exército para melhor conduzir a conspiração no estado. O levante rio-grandense teve início na noite de 28 de outubro. Inicialmente contou com a adesão de poucas unidades militares e de alguns caudilhos simpáticos aos “tenentes” liderados por Assis Brasil, chefe civil dos “tenentes”. Os rebeldes em sua maioria foram logo desbaratados pelas tropas inimigas. Apenas o batalhão sob o comando de Prestes e do tenente Mário Portela Fagundes, com a adesão total dos seus soldados, deslocou-se para São Luiz Gonzaga. Nessa região, Prestes e Portela organizaram cerca de 1500 combatentes, mal armados, mas resistindo ao cerco de 14.000 homens mobilizados pelo governador Borges de Medeiros, com o apoio do presidente Bernardes. Devido à inferioridade numérica e de armamento dos rebeldes, Prestes executou um outro tipo de tática, conhecida como “guerra de movimento”: deslocar-se com grande rapidez, mantendo contato com o inimigo para assim conhecer seus movimentos e persegui-lo com eficácia. As “potreadas” – pequenos grupos de soldados que se afastavam da tropa rebelde para obter informações levadas aos comandantes – cumpriam essa missão. Mobilidade e surpresa, dois aspectos importantes da “guerra de movimento”, garantiram aos rebeldes o rompimento do cerco de S. L. Gonzaga, a formação da Coluna Prestes e a marcha exitosa rumo ao Paraná, ao encontro dos companheiros remanescentes do levante de São Paulo. Em abril de 1925, reunido em Foz do Iguaçu, com oficiais das tropas paulistas que, derrotados pelo general Cândido Rondon, pretendiam em sua maioria abandonar a luta, Prestes, em nome da vitoriosa Coluna gaúcha, afirma a decisão de dar prosseguimento ao movimento rebelde, propondo a marcha pelo interior do Brasil, atraindo as tropas governistas e propiciando levantes tenentistas nas capitais litorâneas. Parte da oficialidade paulista aceita a proposta e as tropas sob seu comando são incorporadas à Coluna Prestes, como seria conhecida. Seus combatentes formam quatro destacamentos, Miguel Costa torna-se o comandante, e Prestes o chefe do Estado-Maior da Coluna reorganizada. Contando com menos de 1.500 combatentes, inclusive 50 mulheres, a Coluna percorreu 25.000 km, atravessando o Brasil de Sul a Norte, de Leste a Oeste, tendo passado por 13 estados e participado de 53 combates, sem sofrer derrotas e vencendo 18 generais governistas. Desmentindo a propaganda do governo, a Coluna procurou fazer justiça por onde passou, atraindo a simpatia da população com que teve contato. Devido à precariedade do seu contingente numérico e do armamento disponível, os rebeldes não puderam atingir seus objetivos políticos iniciais, migrando militarmente invictos para a Bolívia. O contato com a população do interior do Brasil, durante o périplo da Coluna, contribuiu para que Prestes – sob o impacto do quadro de miséria que observou e que o surpreendeu – decidisse dedicar-se ao estudo das suas causas, passando a defender o encerramento da marcha. A partir de fevereiro de 1927, na Bolívia, inicia a leitura de obras marxistas, levadas por jornalistas brasileiros e por Astrojildo Pereira, então secretário-geral do Partido Comunista do Brasil (PCB), que faz o primeiro contato desse partido com o “Cavaleiro da Esperança” (denominação então lançada pelo jornal carioca A Esquerda). Na Argentina, desde 1928, Prestes sobrevive do comércio, enfrentando dificuldades, e trabalha como engenheiro civil. Lê O Capital de Marx, O Estado e a Revolução deContinuar lendo “O marxismo de Luiz Carlos Prestes”