Capítulo 4 – HISTORIA ECONÓMICA DEL BRASIL [1945/1976]

LA CRISIS EN MARCHA [capítulo extra de 1970] Traducción: María Chaumet [revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes]. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) trajo aparejadas grandes modificaciones en la evolución de todos los pueblos. Señaló un desvío acentuado en la marcha de los acontecimientos humanos y los encaminó por nuevos rumbos que, si bien ya se venían preparando y gestando en una etapa previa, solo entonces se concretizaron de forma nítida y decisiva. Pero la guerra, a pesar de las repercusiones profundas, directas e indirectas, cercanas y remotas, que marcó la evolución económica brasileña, no alteró en esencia, y no podría haberlo hecho, el proceso de transformación observado en ella durante los decenios previos (…). La “crisis de nuestro sistema colonial” se mantuvo, y a pesar de las circunstancias especiales y de los aspectos particulares que en ella provocó la conflagración en la que participamos pasiva y también activamente, tal crisis se acentuó y precipitó considerablemente, y abrió nuevas y largas perspectivas para la transformación final de dicho sistema. Eso dará lugar, por un lado, al esfuerzo de adaptación del orden económico vigente a las contingencias surgidas, y de reestructuración del mismo sistema en formas renovadas; pero sin comprometer la esencia colonial. Por otro lado, y como consecuencia, se agudizan las contradicciones inmanentes en el orden establecido que ahora se proyectan con gran vivacidad en el plano social y político. El país entra en una etapa en la que, en ciertos aspectos, a la par del crecimiento de sus fuerzas productivas y de la diversificación de sus actividades económicas (en particular con relación al progreso industrial) se verificarán acentuados y crecientes desequilibrios y desajustes que se trasladan a la vida social y política.(…) Durante el transcurso de la guerra, sobre todo en la última etapa y prolongándose a los años subsiguientes, fuimos testigos de una revigorización esporádica del sistema tradicional del pasado, abriéndose para dicho sistema (es decir, una economía exportadora de productos primarios y con miras esencialmente al exterior) una nueva y brillante oportunidad. Con una intensidad que el país no experimentaba desde hacía tiempo, Brasil se transformaba nuevamente en el blanco de una fuerte demanda internacional de productos alimentarios y materia prima, exigidos ahora por las necesidades bélicas en la que se empeñaban las grandes potencias de las que Brasil era y aún es tributario. Esa intensificación de la demanda no se refleja tanto en el volumen de las exportaciones, cuyo aumento no será muy sensible, circunstancia que debemos observar, desde ya, y que muestra el agotamiento de la capacidad productiva de la economía brasileña de exportación. Pero sobre el valor el efecto será considerable, y la exportación brasileña de productos alimenticios y materia prima ascenderá a altos niveles. Al mismo tiempo que se valorizan las exportaciones, declinan las importaciones. Por un lado, se interrumpieron casi por completo los abastecimientos de los países europeos aislados de nosotros por la guerra, o empeñados en una lucha que les absorbía toda la atención y todos los recursos; por el otro, Estados Unidos, ocupado como estaba también en la producción de guerra, no pudo suplir aquel desfalco de nuestros proveedores europeos; y en algunos artículos importantes no lograron siquiera mantener el nivel de abastecimiento previo a la guerra.(…) *** Como consecuencia del aumento de las exportaciones y de la caída de las importaciones, desaparece momentáneamente el síntoma más expresivo a través del que se manifiestan las contradicciones de nuestro sistema económico, a saber, el desequilibrio crónico de la balanza de pagos externos, cuyo rol relevante en nuestras finanzas y en la vida económica de Brasil en general, ya se describió en el transcurso de esta historia. Y como efecto de esto, la moneda brasileña adquirió una estabilidad cambiaria notable, casi sin precedentes en todo nuestro pasado. Por otro lado, no obstante, la acumulación de saldos comerciales obligó a fuertes emisiones destinadas a la adquisición, por parte de las autoridades monetarias, de las divisas representativas de estos saldos, que no encontraban compradores en el mercado regular, es decir, entre importadores. Esas emisiones constituyeron el punto de partida y el impulso inicial del proceso inflacionario que se prolongará, estimulado más tarde por otros factores, durante la posguerra y hasta el presente. Las restricciones del comercio importador también tendrán otra consecuencia importante. Privado del abastecimiento externo asociado a una innumerable cantidad de manufacturas, el mercado interno debe recurrir a la producción nacional, lo que abre amplias perspectivas para las actividades industriales del país. Se repite lo que ya había ocurrido en la Primera Guerra Mundial (1914-18). Y, esta vez, a una escala mucho más grande, por un lado porque la disminución de los suministros del exterior es mucho más drástica, y por el otro porque las necesidades del mercado nacional habían crecido mucho. Además ahora, y esto no había ocurrido en 1914, se partía de un nivel industrial más elevado, y esta situación facilitó el equipamiento de la industria para satisfacer el incremento de las necesidades, insatisfechas por el recurso habitual a las importaciones. Además, la industria brasileña no servirá únicamente al mercado interno; algunos de sus sectores más desarrollados y habilitados (como particularmente el de tejidos de algodón) también encontrarán algunos mercados externos, por ejemplo en los países de América Latina y en Sudáfrica, a veces con las mismas dificultades de abastecimiento que nosotros. Estados Unidos se vuelve un gran importador de tejidos brasileños. (…) De esta manera, la economía brasileña encuentra, gracias a las circunstancias excepcionales de la guerra, un nuevo equilibrio provisorio, y a pesar de los grandes sacrificios soportados por el país, los años que duró el conflicto representan una etapa de nítido progreso. Es cierto que esto se construía a costas de la masa trabajadora del país, que toleró toda la carga de aquellos sacrificios (por el efecto, particularmente, de las restricciones alimentarias y del encarecimiento considerable de la vida), y son solamente las clases poseedoras las que efectivamente formarán parte de ese. La presión sobre el mercado, efecto de una oferta insuficiente deContinuar lendo “Capítulo 4 – HISTORIA ECONÓMICA DEL BRASIL [1945/1976]”

Capítulo 3 – FORMACIÓN DEL BRASIL CONTEMPORÁNEO [1942]

INTRODUCCIÓN Traducción: María Laura Corvalán, Laura Berchansky, María Chaumet, Mariú Biain yYuri Martins Fontes [revisión de la traducción: Argus Romero e Ivan Leichsenring]. El inicio del siglo XIX señala no solo los acontecimientos relevantes, como son el traslado de la sede de la Monarquía portuguesa a Brasil y los actos preparatorios de emancipación política del país, sino que marca una etapa decisiva en nuestra evolución e inicia en todos los terrenos, social, político, económico, una nueva fase. Debajo de aquellos acontecimientos que pasan en la superficie, se elaboran procesos complejos que fueron el fermento propulsor y, en la mayoría de los casos, apenas la expresión externa. Para el historiador, como bien para cualquiera que intente comprender el Brasil, inclusive el de nuestros días, el momento es decisivo. Su interés pasa sobre todo por dos circunstancias: de un lado, nos proporciona, en el balance final, la obra realizada tras tres siglos de colonización y nos presenta lo que en ella se encuentra de característico y fundamental, eliminando del cuadro o por lo menos haciendo pasar a un segundo plano lo accidental y fortuito de aquellos trescientos años de historia. Es una síntesis de ellos. Por otro lado, constituye una llave, y la llave preciosa e insustituible para acompañar e interpretar el proceso histórico posterior y resultante que es el Brasil de hoy, que contiene el pasado que nos hizo. Allí se alcanza el instante en el que los elementos constitutivos de nuestra nacionalidad –instituciones fundamentales y energías– organizados y acumulados desde el inicio de la colonización, brotan y se complementan. Comienza entonces la fase propiamente del Brasil contemporáneo, erigido sobre aquella base. Habíamos llegado en aquel momento a un punto muerto. El régimen colonial realizaría lo que tenía que realizar. Se sentía que la obra de la metrópolis estaba terminada y no podría traernos nada más. No solo por el efecto de decadencia del Reino. Por mayor que ella fuera, esto no representa sino un factor complementario y accesorio que, como mucho, reforzó una tendencia ya fatal y necesaria a pesar de ella. No es solamente el régimen de subordinación junto a las instituciones, el sistema colonialen la totalidad de sus características económicas, sociales que se presenta lleno de transformaciones profundas. La obra colonizadora de los portugueses, en la base en que se asentaba y que en conjunto forma aquel sistema, agota sus posibilidades. Perecer o modificarse, tal era el dilema que se le presentaba a Brasil. No le bastaba con separase de la madre patria, lo que sería cuanto mucho un paso preliminar, aunque necesario. El proceso de transformación debía ser más profundo. Y de hecho lo fue. Brasil comienza a renovarse, y el momento que constituye nuestro punto de partida en este trabajo que el lector tendrá tal vez la paciencia de acompañar, es también el de aquella renovación. Pero punto de partida apenas, inicio de un largo proceso histórico que se prolonga hasta nuestros días y que aún no ha terminado. Con vaivenes, avances y retrocesos, se desarrolla a través de un siglo y medio de vicisitudes. El Brasil contemporáneo se define así: el pasado colonial que se balancea y termina con el siglo XVIII, más las transformaciones que se sucedieron en el discurrir del centenario anterior a éste y en el actual. En aquel pasado se constituyeron los fundamentos de la nacionalidad: se pobló un territorio semidesierto en el que se organizó una vida humana muy distinta de aquella que había aquí: de los indígenas y sus naciones, como también, aunque en menor escala, de los portugueses que emprendieron la ocupación del territorio. En el plano de las realizaciones humanas se creó algo de nuevo. Este “algo de nuevo” no es una expresión abstracta; se concretiza en todos los elementos que constituyen un organismo social completo y distinto: una población bien diferenciada y caracterizada, hasta étnicamente y habitando un determinado territorio; una estructura material particular, constituida en base a elementos propios; una organización social definida por relaciones específicas; finalmente hasta una consciencia, más precisamente una cierta actitud mental colectiva particular. Todo esto naturalmente ya se viene esbozando hace largo tiempo. Los síntomas de cada uno de aquellos signos van apareciendo en el curso de toda nuestra evolución colonial; pero es en el final de esta que se completan y sobre todo se define nítidamente el observador. Entramos entonces en una nueva fase. Aquello que la colonización realizó, aquel “organismo social completo y distinto” constituido en el período anterior, comienza a transformarse, sea por fuerza propia, sea por la intervención de nuevos factores extraños. Es entonces el presente que se prepara, nuestro presente de los días que corren. Pero este nuevo proceso histórico se dilata, se arrastra hasta hoy. Y todavía no llegó a su fin. Es por ello que para comprender el Brasil contemporáneo precisamos ir tan lejos, y yendo hasta allá, el lector no estará ocupándose solo de divagares históricos, sino recolectando datos, y datos indispensables para interpretar y comprender el medio que lo rodea en la actualidad. Se analizan los elementos de la vida brasileña contemporánea; “elementos” en su sentido más amplio, geográfico, económico, social, político. El pasado, aquel pasado colonial al que me referí arriba, está ahí todavía, y bien sobresaliente; en parte modificado, es cierto, pero presente en los trazos que no se dejan esconder. Si se observa el Brasil de hoy, salta a la vista un organismo en franca y activa transformación y que no se sedimentó aún en líneas definidas, que no “tomó forma”. Es verdad que en algunos sectores aquella transformación ya es profunda y es ante elementos propios y positivamente nuevos que nos encontramos. Pero esto, a pesar de todo, es excepcional. En la mayor parte de los ejemplos, y en el conjunto, en todo caso, atrás de aquellas transformaciones que a veces nos pueden engañar, se siente la presencia de una realidad ya muy antigua que hasta nos llama la atención encontrarla allí y que no es sino aquel pasado colonial. No me refiero aquí únicamente aContinuar lendo “Capítulo 3 – FORMACIÓN DEL BRASIL CONTEMPORÁNEO [1942]”

Capítulo 2 – URSS: UN NUEVO MUNDO [1934]

Traducción: María Chaumet [revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes]. ORGANIZACIÓN POLÍTICA La dictadura del proletariado Para una gran parte del público extranjero, el régimen soviético sigue siendo ese que la prensa capitalista de todo el mundo no se cansa de pregonar: un régimen brutal de opresión, en el que el Estado mantiene a todos los individuos, mediante su famosa policía política, la O.G.P.U., con una disciplina rígida que penetra en los detalles más íntimos de la vida privada de cada uno, sin dejar más alternativa que la sumisión ciega o el simple fusilamiento. Sin embargo, la verdad es muy diferente. Sin duda, el régimen es severo, y ¿cuál revolución no lo fue? No hay que perder de vista que el régimen soviético es revolucionario y, por lo tanto, consiste en una ofensiva abierta y declarada contra fuerzas e intereses consolidados en el pasado y para los que la lucha es una cuestión de vida o muerte. En esta lucha, lógicamente, el régimen no puede actuar con menos energía que sus adversarios. Por otro lado, en la actualidad, Rusia atraviesa una transformación radical que, por su naturaleza, se opone a las tendencias, concepciones y sentimientos tan enraizados. Solo es posible una comprensión plena del régimen y sus fines en una parte reducida de la población: el proletariado. Este no sacrifica nada de lo que es propiamente suyo. Por el contrario, el éxito de la revolución depende únicamente de la libertad que se les otorgue a sus tendencias naturales. No sucede lo mismo con las demás clases. Ya no me refiero a las viejas clases dominantes (la burguesía y los grandes terratenientes), a las que ya destruyó el régimen. Dentro de la propia masa trabajadora, especialmente entre los campesinos, el régimen todavía cuenta con adversarios, si no declarados, al menos latentes y prestos en todo momento a desencadenar una ofensiva contrarrevolucionaria. Es evidente que, un régimen socialista no se condice con las tendencias y sentimientos de los campesinos sólidamente aferrados a la propiedad privada, por más pequeña que esta sea. Y de campesinos se compone, aún hoy, la gran mayoría de la población soviética. Entonces, si la revolución contó hasta hoy con la colaboración de estas camadas sociales, si no activas, al menos benevolentes (gracias a esto pudo mantenerse), no fue sin el sacrificio de aquella parte que se resistía y contra la que no había otro proceso a utilizar que la violencia. Pero, junto con estas fuerzas contrarias, que constituyen el peso muerto del régimen, existe la carga con la que toda revolución necesita contar, está su parte activa.(…) Incluso, no existe, ciertamente, otra organización que efectivice de mejor manera una participación activa de la masa de la población en la dirección política del país. No pasan desapercibidos al observador atento los síntomas de este hecho. En ningún otro sitio, los asuntos públicos ocupan en la vida de la población un lugar tan sobresaliente. Basta, para confirmar esto, con constatar el interés extraordinario e inigualable que existe por ellos en la Unión Soviética. Y esto no sería posible si los gobernantes y los gobernados fueran extremados de la forma que alegan los críticos del régimen. Mi primera impresión durante el viaje me puso este hecho frente a los ojos. Parecía, incluso que las cosas hubiesen estado preparadas a propósito para otorgarle al viajante ávido de penetrar en la vida del país un cuadro característico del régimen. Ya en el tren que me llevó de la frontera a Leningrado, el primer trecho del territorio soviético que recorrí, tuve la oportunidad de presenciar una verdadera asamblea política que sucedió en el mismo vagón en el que yo viajaba. Entre los pasajeros, mujeres incluidas –este pormenor es interesante– y empleados del tren, se estableció un debate acalorado, en el que las palabras sintomáticas –capitalismo, socialismo, sóviet, etc– que aparecían constantemente, evidenciaban claramente el contenido, incluso a quienes no conocían el idioma. Esto duró horas, y en ningún momento la discusión dejó de ser intensa. Además, claramente, no se trataba de una conversación banal. El entusiasmo de todos, el fervor con el que exponían y debatían sus ideas, demostraba no solo el interés con el que intervenían en la discusión, sino también el arsenal de convicciones sólidamente planteadas y la conciencia clara de los problemas debatidos que cada uno le aportaba a esta. En cualquier otro país, los temas de orden político le interesan con esa vivacidad a solo una parte reducida de la población. Nunca presencié, en otros lugares, hechos semejantes al relatado. En la Unión Soviética, por el contrario, estos representan un espectáculo diario para el viajante que se tome el trabajo de observar lo que pasa a su alrededor. El caso que cité podría haber sido una simple coincidencia. Al principio, no le di mayor importancia. Pero su constante repetición durante mi viaje me hizo cambiar de opinión. Los rusos son naturalmente expansivos. Si están reunidos, por más que sea de forma accidental, en cualquier lugar público, surge inevitablemente una conversación animada. Y aquellas que el azar me hizo presenciar giraron, casi sin excepción, en torno a la política. Gracias al guía que siempre me acompañaba, a veces, accedía a una traducción, y hasta llegué a participar en algunas. Pude, así, constatar que los problemas en juego eran debatidos con un conocimiento de causa que en otros países sería digno de los medios llamados cultos. Incluso cuestiones internacionales, que solo podrían afectar a la Unión Soviética muy de lejos, se discutían con vivacidad. Hasta el remoto conflicto del Chaco paraguayo fue, en una ocasión, tema en una rueda de rudos campesinos. No podía ser de otra manera. La política en la Unión Soviética es una verdadera obsesión. Los periódicos analizan a diario y minuciosamente todos los problemas políticos del momento. Reproducen con lujo de detalles las discusiones que tuvieron lugar en todos los órganos políticos más importantes del país, del gobierno y del partido comunista. Acompañan con atención los resultados prácticos que se van logrando conContinuar lendo “Capítulo 2 – URSS: UN NUEVO MUNDO [1934]”

Capítulo 1 – EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL BRASIL [1933]

“No debemos discutir la forma de la lucha, sino comenzar a luchar. Luego, son las contingencias del momento las que van a indicar qué clase de lucha se concretará. Si se dice, concretamente, que en San Pablo existen 30 o 40 mil trabajadores dispuestos a tomar las armas y asaltar el poder, es evidente que nuestra tarea es obtener las armas para estos obreros y ayudarles a asaltar el poder. Pero es en vano programar la lucha armada, si no existen los elementos capaces de concretarla. La forma de acción se encuentra determinada por las circunstancias y condiciones del momento”. [“Entrevista a Caio Prado Jr.”, Revista Revisão – Gremio de la Facultad de Filosofía de la Universidad de San Pablo, agosto de 1967]. PREFACIO (DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL LIBRO) Traducción: Ailton de Souza Pereira y Carlos dos Santos Fonseca [revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes]. Esto que el lector va a leer no es una Historia del Brasil como indica el título, es un ensayo. Quise apenas ofrecer la síntesis de la evolución política del Brasil y no contornar su historia completa. De ahí los defectos que se podrán encontrar, yo soy el primero en reconocerlos. Como he pensado ofrecer solo el resultado promedio de los incontables hechos que componen esta historia, y la línea maestra en torno a la que se agrupan, me encontré obligado a realizar una selección rigurosa que excluye todo lo que no sea absolutamente necesario para la comprensión general del asunto. Estoy seguro de que esto me ha llevado, en algunos momentos, a despreciar las circunstancias cuya ausencia se entienda como un sacrificio para una mayor claridad en la exposición. Pero, como se trata de un método relativamente nuevo para analizar la historia brasileña –hago referencia aquí a la interpretación materialista–, ignoro las exigencias de los lectores. Evidentemente todos estos inconvenientes no existirían si se tratara de una historia y no de una síntesis. Pero, por dos motivos, preferí esta última. En primer lugar, para hacer la historia completa –lo que pretendo algún día intentar– sería necesario un material que todavía está, en gran parte, por constituirse. Nuestros historiadores, que se han preocupado únicamente por la superficie de los acontecimientos –expediciones sertanistas, entradas y banderas1, reemplazos de gobiernos y gobernantes; invasiones o guerras–, olvidaron, casi por completo, lo que pasaba en el interior de nuestra historia, del que estos acontecimientos no son sino un reflejo exterior. En estas condiciones, sería necesario un tiempo considerable para presentar una historia completa, que en este momento no es posible. Vale la pena citar un concepto del escritor del prefacio a la obra de Marx Beer Historia general del socialismo sobre la historia universal, que se puede afirmar también en nuestro caso “desde hace mucho se siente la necesidad de una historia que no sea la glorificación de las clases dirigentes”. Y trazar esa historia es todo lo que pensé hacer. En segundo lugar, una historia completa solamente podría interesarle a una cantidad reducida de lectores. Por su naturaleza, sería una obra larga, que alejaría a cualquiera que no tenga un interés particular por los estudios históricos. Mi intención fue evitarlo. Quise mostrar en un libro al alcance de todos que también en nuestra historia los héroes y los grandes hechos son construcciones que utilizan las clases dirigentes en su interés, y en cuyo beneficio se escribe la llamada historia oficial. A pesar de la intención de evitar detalles, me extendí un poco más sobre el panorama histórico de las Revoluciones de la Menoridad (1831-1840) y del principio del Segundo Reinado, porque es uno de los hechos de nuestra historia más incomprendidos, lo que no le resta en nada su primordial importancia. Según la mayoría de nuestros historiadores, la Cabanada del Pará (1833-36), la Balaiada del Maranhão (1838-1841) y la Revuelta Praieira de 1848 en Pernambuco –que son las principales revoluciones populares de la época– son hechos de poco significado social, y que solo expresan la explosión de los “bestiales” sentimientos y pasiones de la masa. Esto se afirma, principalmente, sobre las dos primeras. Rocha Pombo, cuando escribía su historia en diez gruesos volúmenes, le dedicó a la Cabanada apenas una simple nota, y a la Balaiada, unas pocas páginas en las que explica los hechos militares, y solo glorifica los hechos del héroe Caxias. Joaquim Nabuco realizó un análisis más serio2 sobre la Revuelta Praieira. Sin embargo, su enfoque fue un de orden personal. Nabuco pretende justificar o, por lo menos, destacar la actuación de su padre, que fue el juez de los rebeldes y su adversario más feroz. Por eso, su análisis contiene fallas importantes, que lo llevan a conclusiones lamentables. En todo caso, se trata de un estudio que se puede llamar “serio”. Al analizar la Revuelta Praieira, y las demás revueltas que mencionamos, Nabuco no las sitúa en la historia brasileña, las muestra como hechos ocasionales y aislados, en lugar de presentarlas como el fruto del desarrollo histórico de la revolución de la Independencia. Y como estas agitaciones son tan importantes para la comprensión de la historia política de la época, creo que vale la pena analizarlas con más detalles. Hay una última observación sobre la división que adopté para la historia brasileña. Dividí la historia colonial en dos periodos: el primero se extiende desde el descubrimiento hasta el final de las guerras holandesas (mediados del siglo XVII); el segundo, de ahí hasta la llegada de D. João VI de Portugal en 1808. El lector encontrará en este texto la justificación sobre esta división. La explicación sobre la revolución de la Independencia es bastante amplia, porque quería cubrir todos los hechos que se relacionan directamente con ella. Desde la llegada de D. João hasta la institución del Imperio (1808-22) es período preparatorio. El siguiente, hasta la revuelta del 7 de abril de 1831, es de transición: todos reconocen que el 7 de abril es un complemento del 7 de septiembre. La Menoridad es la fase de ebullición enContinuar lendo “Capítulo 1 – EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL BRASIL [1933]”

Tradutores y revisores

CRÉDITOS DE LOS TRADUCTORES Y REVISORES Prefacio – Traducción: Mariú Biain y Yuri Martins Fontes [Revisión de la traducción: Mariana Mendonça Meyer y Solange Struwka] Introducción – Traducción: Pablo Carrizalez Nava [Revisión de la traducción: Mariana Mendonça Meyer y Yuri Martins Fontes] Capítulo 1- Traducción: Ailton de Souza Pereira y Carlos dos Santos Fonseca [Revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes] Capítulo 2- Traducción: María Chaumet [Revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes] Capítulo 3- [Traducción: Laura Berchansky, María Chaumet, María Laura Corvalán, Mariú Biain y Yuri Martins Fontes] [Revisión de la traducción: Argus Romero de Morais, Ivan Leichsenring y Yuri Martins Fontes] Capítulo 4- Traducción: María Chaumet [Revisión de la traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes] Capítulo 5- Traducción: Karina Fernandes de Oliveira y Pablo Carrizalez Nava [Revisión de la traducción: Argus Romero de Morais y Yuri Martins Fontes] Capítulo 6- Traducción: Pablo Carrizalez Nava y Yuri Martins Fontes [Revisión de la traducción: Camila Carduz Rocha y Paulo Alves Junior] Capítulo 7- Traducción: María Chaumet [Revisión de la traducción: Argus Romero de Morais y Yuri Martins Fontes] Capítulo 8- Traducción: Fabio Maldonado y Yuri Martins Fontes [Revisión de la traducción: Argus Romero de Morais y Ellen Elsie Nascimento] Capítulo 9- Traducción: Mariana Cerdeira y Yuri Martins Fontes [Revisión de la traducción: Pedro Rocha Curado] Capítulo 10- Traducción: Ivan Leichsenring y Yuri Martins Fontes [Revisión de la traducción: Fabio Maldonado y Pablo Carrizalez Nava] [Revisión final e integral: Laura Berchansky] SOBRE LOS TRADUCTORES Y REVISORES Ailton Teodoro de Souza Pereira es licenciado en Ciencias Sociales y magister en Sociología por la Universidad de San Pablo (USP). Trabaja como profesor de sociología en San Pablo. Argus Romero Abreu de Morais se graduó en Historia en la Universidad Federal de Ceará. Obtuvo su doctorado en Lingüística por la Universidad Federal de Minas Gerais y la Université Paris-Est. Ha realizado un postdoctorado en Discurso y Cognición en la Universidad Estadual del Sudoeste de Bahía, y otro en Representaciones Sociales en la Universidad Federal de S. João del-Rei. Camila Carduz Rocha se graduó en Economía y en Servicio Social por la Pontificia Universidad Católica de San Pablo. Realizó estudios en traducción e interpretación en la Asociación Alumni. En la actualidad, cursa una maestría en Servicio Social en la Universidad Federal de Río de Janeiro, y trabaja como traductora. Carlos Augusto dos Santos Fonseca es profesor de español como lengua extranjera y licenciado en Letras (Portugués/Español) por la Universidad de San Pablo. En la actualidad, cursa una maestría en Lengua Española en la Universidad de San Pablo. Ellen Elsie es doctoranda en Sociología en la Universidad de San Pablo, y graduada en Ciencias Sociales por la Universidad Federal de Paraíba. Fabio Maldonado es licenciado en Relaciones Internacionales. En 2017, obtuvo su maestría en “Integración de América Latina” en el PROLAM – Universidad de San Pablo. Es miembro del Núcleo Práxis de la USP y del Núcleo de Estudios sobre el Capitalismo Dependiente (NECAD). Ivan M. F. Leichsenring realizó una maestría en Educación en la Facultad de Educación de la Universidad de San Pablo, en 2012. En 2004, obtuvo su título de licenciado en Lingüística y Portugués en la USP. En la actualidad, se desempeña como profesor en el estado de San Pablo, artista plástico y escritor. Karina Fernandes de Oliveira es licenciada en Economía por la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA), y concluyó una maestría en Integración de América Latina en el PROLAM de la USP. Es miembro del Grupo de Estudios de la Teoría de la Dependencia (UNILA). María Laura Corvalán es licenciada en Comunicación Social por la UNR (Universidad Nacional de Rosario), realizó su maestría en danza en la Universidad Federal de Bahía, en Brasil. Es doctoranda en Comunicación Social en la UNR, y profesora de Cultura y Subjetividad en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UNR. Laura Berchansky es licenciada en Historia por la Universidad Metodista de Piracicaba (San Pablo, Brasil). En la actualidad, trabaja como traductora y profesora de Portugués en Rosario. Mariana Cerdeira es licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. Posee estudios sobre desarrollo local, territorial y economía social en el FLACSO, Argentina. Trabaja en el área de políticas culturales, y en la actualidad, coordina el Programa de Formación en Gestión Cultural Pública del Ministerio de Cultura de la Nación de Argentina. María Chaumet es traductora literaria, técnica y científica de Inglés del Instituto de Educación Superior n.28 Olga Cossettini de Rosario, Argentina. También, posee estudios avanzados de Portugués en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, y tiene experiencia como traductora autónoma en esta lengua. Mariana Mendonça Meyer se graduó en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de San Pablo, donde realiza una investigación sobre Arquitectura y Educación. Es alumna de la Licenciatura en Música de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de San Pablo, y miembro del Núcleo Práxis-USP. Mariú Biain es abogada y especialista en mediación familiar, editora y coordinadora de la Editorial del Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, participa en el Programa de Investigación Estructuras y Estrategias Familiares de Ayer y de Hoy. Pablo José Carrizalez Nava es licenciado en Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, y profesor de Ciencias del Instituto de Energía y Ambiente de la Universidad de San Pablo, donde actualmente realiza su investigación de doctorado sobre energía y desarrollo en América Latina. Paulo Alves Junior es profesor de Historia en la Universidad de la Integración Internacional de la Lusofonía Afro-Brasileña (UNILAB). Es doctor en Sociología por la Universidad Estadual Paulista (UNESP), y tiene maestría y graduación en Historia por la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC-SP). Pedro Rocha F. Curado es profesor de Defensa y Gestión Estratégica Internacional en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Realizó su doctorado en Economía Política Internacional en la UFRJContinuar lendo “Tradutores y revisores”

O marxismo de Octávio Brandão

Farmacêutico, jornalista, editor e radialista, foi dirigente político e um dos primeiros teóricos do Partido Comunista do Brasil (PCB) Por Gilberto Maringoni e Paulo Alves Junior * BRANDÃO REGO, Octávio (brasileiro; Viçosa/AL, 1896 – Rio de Janeiro/RJ, 1980) 1 – Vida e práxis política Octávio Brandão nasceu e passou seus primeiros anos em Viçosa, cidade do interior de Alagoas, núcleo de uma região produtora de açúcar dominada por oligarquias agrárias e com pouco desenvolvimento social. Segundo suas memórias, sua formação se deu no seio de uma “pequena-burguesia urbana empobrecida”, que embora adepta de ideias progressistas, era vítima do poder de grandes proprietários rurais “semifeudais”. A morte da mãe, quando Brandão tinha apenas quatro anos, o afetou muito. A partir daí viveria com um tio, em uma pequena casa tipicamente cabocla, no engenho do Barro Branco, regressando à Viçosa só quando seu pai voltou a se casar. Frequentou a Escola Silva Jardim, no ensino fundamental, na qual teria um primeiro contato com ideias evolucionistas, por meio de um professor. Em 1911, quando já morava com outro tio em Maceió – estando matriculado no Colégio Marista –, ficou órfão também de seu pai, homem de ideias republicanas e progressistas. Apesar de criado em um meio conservador católico, rompeu com a religião aos 16 anos, influenciado pela educação paterna, que lhe incutira o questionamento à hipocrisia social; este foi um marco emocional e intelectual dessa fase de sua vida na capital alagoana. Além disto, a percepção da situação de miséria da maior parte da população e o impacto das notícias da Revolta da Chibata (1910) e das greves operárias no Sudeste atraíram cada vez mais sua atenção para os graves problemas do país. Entre 1912 e 1914, residiu na capital pernambucana, onde se diplomou na Escola de Farmácia do Recife (atualmente parte da Universidade Federal de Pernambuco). Logo após a formatura, regressou a Maceió. Ali tomou contato com as principais obras da literatura universal e desenvolveu um agudo interesse científico, o que o fez se voltar para as ciências naturais. Aos 20 anos, empreendeu uma série de viagens pelo interior de seu estado para conhecer sua formação geológica e riquezas naturais. Baseado nestas pesquisas, em 1916 começou a escrever Canais e lagoas (publicado em 1919) – livro que descreve o complexo hídrico Mundaú-Manguaba e pode ser visto como uma das primeiras pesquisas ecológicas brasileiras. Sobre o tema, pronunciou também diversas conferências em Maceió, mostrando evidências da existência de petróleo na região e desde cedo observando a importância que poderia ter a prospecção petrolífera para a economia brasileira. No ano de 1918, começou a escrever para imprensa anarquista – colaborando com o Diário de Pernambuco e tendo fundado o jornal O Povo. À época, vinculou-se também a movimentos de trabalhadores urbanos e rurais, defendendo a jornada de 8 horas e a reforma agrária. Foi preso pela primeira vez em 1919. Depois de libertado, passou a ser perseguido, o que o fez partir, no mesmo ano, para o Rio de Janeiro – onde residiria até 1931, quando foi forçado a deixar o país. Na capital da República, travou contato com o mundo intelectual e político, em especial com Astrojildo Pereira (1890-1965) – que viria a ser um dos fundadores do Partido Comunista do Brasil (PCB), em março de 1922. Ali, o alagoano se mostraria impressionado com as mobilizações operárias, tendo se aprofundado nos estudos sobre a Revolução Russa. Passou então a escrever nos jornais anarquistas A Plebe, A Vanguarda e na Revista do Brasil (de São Paulo, dirigida por Monteiro Lobato), colaborando ainda com o Spartacus e o Imparcial (Rio de Janeiro), além da revista alemã Ekenntnis und Befreiung [Reconhecimento e Liberação]. Com tais atividades, teve acesso à literatura marxista que chegava ao país – e vem desses tempos sua desilusão com o anarquismo e sua rápida adesão às ideias de Marx e Engels. Em 1920, passou a integrar o integrar o Grupo Comunista Brasileiro Zumbi. Casou-se no ano seguinte com a poetisa e sua companheira de lutas, Laura Fonseca da Silva. Embora não seja um dos fundadores do PCB, Octávio Brandão acompanhou seu desenvolvimento desde o início. Aderiu ao Partido, a convite de Astrojildo, em outubro de 1922. Logo se tornaria dirigente (membro da Comissão Central Executiva) e começaria a estudar metodicamente os clássicos marxistas. No período, adquiriu uma pequena farmácia, estabelecimento que viria a ser uma espécie de escritório e ponto de encontro de militantes populares. Suas pesquisas sobre a Revolução Bolchevique de Outubro resultaram no livro Rússia proletária, escrito neste mesmo ano. Em 1923, já integrando o Comitê Central do Partido, empreendeu uma ousada tarefa: traduzir para o português o Manifesto Comunista, de Karl Marx e Friedrich Engels – a partir da edição francesa revisada pelo próprio Engels. No mês de julho do ano seguinte, explodiu em São Paulo uma revolução que tinha como objetivo derrubar o governo do presidente Arthur Bernardes (1924-28) – que manteve um Estado de sítio permanente ao longo de todo o mandato. Perseguido pela repressão, Octávio Brandão viveria na ilegalidade entre 1924 e 1926, mantendo-se atento aos acontecimentos. Em uma tentativa de dar resposta às questões políticas levantadas pela insurreição, ainda em 1924 redigiu grande parte de sua mais importante obra, Agrarismo e industrialismo – elaborada com colaboração da direção do PCB –, a qual seria complementada e publicada dois anos depois sob o pseudônimo de Fritz Mayer (usado para despistar a polícia). Em 1925, Brandão foi um dos fundadores e o primeiro editor de A Classe Operária, órgão oficial do PCB. À época, ministrou também cursos de teoria política para grupos de operários, em um paciente trabalho de formação, além de fazer panfletagens e vários discursos em manifestações públicas. Em 1927, tornou-se editor-chefe do diário A Nação – que difundia as ideias comunistas entre os trabalhadores. No mesmo ano, com Astrojildo Pereira e outros dirigentes e ativistas, fundou o Bloco Operário, fachada legal do Partido (então na clandestinidade) – uma organização legal e de massas, cujo nome, em 1928, passou a ser Bloco Operário eContinuar lendo “O marxismo de Octávio Brandão”

Dictionary Marxism in America: a historical rescue of militant memories

After decades of collective work, public access is now available to a series of publications that brings back the historical memory of the first Marxists in the Americas

Le marxisme de Luiz Carlos Prestes

Leader révolutionnaire et dirigeant du Parti communiste brésilien, il a participé à de nombreux événements historiques (tenentismo, Alliance Nationale de Libération). Il a légué une contribution importante pour comprendre la Révolution au Brésil.

Dictionnaire Marxisme en Amérique : une récupération historique de mémoires de lutte

Cette œuvre rend compte de la vie, de la pensée et de la praxis politique des premiers marxistes des nations américaines. Nous la rendons publique après des années de travaux collectifs.

Diccionario marxismo en América: un rescate histórico de memorias combativas

Luego de media década de trabajo colectivo, se empieza a publicar esta obra que registra la vida, el pensamiento y la práctica política de los primeros marxistas de las naciones americanas Por Yuri Martins-Fontes, Joana Coutinho, Pedro Rocha Curado, Felipe Deveza, Paulo Alves Jr. y Solange Struwka * [Traducción del portugués: Claudia Marcela Orduz Rojas y Yodenis Guirola]   El Diccionario marxismo en América es una obra de recuperación histórica de la memoria de los primeros pensadores y militantes que, desde el referente teórico del materialismo histórico, se dispusieron a reflexionar y enfrentar los problemas sociales, políticos y económicos de las nuevas naciones americanas, iniciando el desarrollo del pensamiento-lucha marxista en el continente. Obra educativa y crítica de características inéditas, especialmente en lengua portuguesa, el proyecto es coordinado por el Núcleo Práxis de Pesquisa, Educação Popular e Política de la Universidade de São Paulo –organización que se dedica a actividades políticas y de educación popular– y cuenta actualmente con casi un centenar de investigadores voluntarios, de diferentes países, en esta investigación arqueológica sobre los orígenes del marxismo en las Américas. Los primeros tomos, previstos para más de mil páginas, contienen entradas que abarcan biografías y ensayos sobre las ideas y la praxis política de unos 150 marxistas que vivieron, escribieron y actuaron en los países americanos – en un período que va desde el siglo XIX (formación del marxismo en el continente), hasta la década de 1970 (cuando se agudiza la crisis estructural capitalista y se multiplican los marxismos). Por ahora, después de media década de esfuerzos colectivos, el diccionario marxista comienza a hacerse público gradualmente: sus entradas pueden leerse libremente en línea, en forma de “artículos”, disponibles periódicamente en el portal del Núcleo Práxis-USP y luego republicadas por destacados portales asociados. Esta degustación preliminar —del primer volumen, relativo al período de formación del marxismo en América— se extenderá a lo largo de los próximos dos años con el objetivo tanto de divulgar la obra (cuyo objetivo no es sólo teórico, sino también educativo), como de brindar espacio para lecturas críticas y posibles mejoras de los textos, antes de llegar al público en formato de libro. Próximamente, la publicación completa será editada por las Edições Práxis en coedición con la Editora Expressão Popular, y tendrá dos ediciones: una impresa (a precios populares) y otra digital (gratuita). Comienzos de la obra En 2015, los fundadores del Núcleo Práxis-USP, entre encuentros políticos y debates del Grupo de Estudios sobre el Marxismo (uno de sus primeros proyectos), pensaron en ampliar las actividades del colectivo hacia la educación popular. Era un momento difícil, en que se gestaba el golpe de Estado en Brasil, el cual se concretó al año siguiente. En ese contexto, se consideraron dos nuevos proyectos: un foro de discusión sobre derechos sociales (que se creó un poco más tarde, en colaboración con asociaciones y comunidades de la ciudad de São Paulo); y una antología, crítica y didáctica a la vez, que reuniera ensayos de destacados marxistas latinoamericanos, con el fin de ofrecer a estudiantes y trabajadores un panorama de las teorías y prácticas marxistas desarrolladas en nuestra América. En ese proceso, el coordinador general del Núcleo Práxis, Yuri Martins-Fontes, en una reunión en el Laboratorio de Economía Política e Historia Económica de la USP presentó la idea al profesor Wilson do Nascimento Barbosa, quien dirigía las investigaciones de la entidad. En una tarde de diálogo, la idea se afinó y amplió. En lugar de una antología, con artículos complejos, que tendería a restringirse al territorio académico —se pensó: ¿por qué no juntar más esfuerzos y producir una obra más grande, una publicación educativa, de referencia, con textos más cortos pero que lograra presentar la gran diversidad de problemas y corrientes del marxismo desarrolladas por más de un siglo a lo largo del continente —un libro que pudiera servir no solo a los estudios secundarios y universitarios, sino también contribuir a la formación política de los jóvenes socialistas? La semilla estaba plantada. El proyecto fue escrito y presentado a una prestigiosa editorial, que requirió una entrada, como ejemplo. El coordinador respondió a la solicitud, elaborando un primer texto sobre Mariátegui, basado en el modelo que había desarrollado recientemente en su tesis sobre el marxismo latinoamericano (luego publicada como Marx na América: a práxis de Caio Prado e Mariátegui). La editorial aprobó la publicación, aunque destacó que en ese momento no podía dedicarse a la producción del proyecto. La realidad nacional – económica, social, cultural- que no era favorable, pronto se deterioró. El Núcleo Práxis-USP contaba entonces con poco más de una decena de miembros, pocos de los cuales estaban dispuestos a emprender la aventura. Sin apoyo material, o como mínimo estructural, el plan fue archivado. El Renacimiento En 2018, el Núcleo Práxis experimenta un período de crecimiento como resultado del dinamismo en torno a sus proyectos —en particular el Grupo de Estudios (que entonces leía El Capital, de Marx), la traducción colectiva Historia y Filosofía (selección de Caio Prado Júnior, publicada en 2020 en Argentina), y el Fórum de Formação Política de Lideranças Populares (cuyas conversaciones periódicas reunían a educadores y líderes comunitarios). Muchos militantes —investigadores de diferentes áreas, universidades y países —se suman al colectivo. Con este movimiento de expansión, la organización gana aliento y fuerza para considerar nuevas acciones. Las reuniones sobre posibles rumbos se sucedieron hasta que es aprobado el propósito de construir una publicación periódica: una revista política de carácter popular, que ofreciera a estudiantes y trabajadores una voz discordante en aquel ambiente fascista que reverberaba en el país —una época de creciente irracionalidad, si no apoyada, sí consentida por los grandes medios de comunicación y demás fuerzas neoliberales, irritadas por las reformas sociales (básicas) de los gobiernos populares. Nuestra experiencia con publicaciones periódicas era escasa —limitada a unos pocos miembros que, en la década de 2000, durante algunos años, habían editado el tabloide A Palavra Latina. Por otra parte, el buen momento del colectivo se notaba en la propia intención, manifiesta por varios de los participantes, de implicarse en un proyecto periódico de largo plazo. Hay un ir y venir de propuestas y debates hastaContinuar lendo “Diccionario marxismo en América: un rescate histórico de memorias combativas”

O marxismo de Mário Pedrosa

Jornalista, crítico de arte e sobretudo um militante revolucionário internacionalista, defendeu a necessidade da revolução socialista brasileira, sob a liderança dos trabalhadores — organizados em partido próprio Por Everaldo de Oliveira Andrade * [PDF] PEDROSA, Mário (brasileiro; Timbaúba/Pernambuco, 1900 – Rio de Janeiro, 1981) 1 – Vida e práxis política Mário Xavier de Andrade Pedrosa nasceu na Zona da Mata pernambucana. Foi desde a juventude um filho desgarrado. Sua família era originária de senhores de engenho do Nordeste, que se voltaram depois para a administração pública; seu pai, Pedro da Cunha Pedrosa, foi senador e ministro do Tribunal de Contas. Mário Pedrosa foi enviado pela família, em 1913, para estudar na Europa, e lá ficou até 1916. Entre 1920 e 1923, na Faculdade Nacional de Direito do Rio de Janeiro, tomou contato com as ideias socialistas e o marxismo, despertando para a vida política e intelectual a serviço da classe trabalhadora, luta de que jamais se separaria; formou-se em 1923, mas sua vida tomaria outros caminhos. Ele fez parte da primeira geração de militantes comunistas do Brasil que aderiam à luta revolucionária no momento seguinte à Revolução Russa (1917). Em 1925, se aproxima do PCB através do jornal A Classe Operária. No ano seguinte, filiou-se ao partido, e em março de 1927 começou a trabalhar em João Pessoa (PB) como agente fiscal, mas logo desistiu da profissão. Em São Paulo, assumiu o trabalho de organização do Socorro Vermelho (que apoiava prisioneiros políticos comunistas). Na mesma época, passou a escrever regularmente para a revista teórica do partido, e trabalhou como jornalista no jornal Folha da Manhã. No final de 1927 foi indicado pela direção do PCB para frequentar a Escola Leninista em Moscou, curso de formação de militantes da III Internacional. Em novembro de 1927, já em Berlim, aprofundam-se as crises políticas no interior do PCUS, na URSS. Ele ficaria na Europa até 1929, e aí aderiu às propostas da Oposição de Esquerda russa (dirigida então por Trótski, Kamenev e Zinoviev), que se contrapunha ao poder de Stálin. Mário voltou ao país em 1929, disposto a construir um núcleo da Oposição de Esquerda no PCB, e encontrou uma polêmica no partido – sobre alianças políticas –, que opunha Rodolpho Coutinho à maioria da direção. Iniciou então a organização do Grupo Comunista Lênin (GCL), lançado oficialmente em 1930, com a publicação do jornal Luta de Classes. Em 1933, junto a outros militantes, fundou a Editora Unitas, que passaria a publicar textos e livros revolucionários. Com a formação, em 1931, da Oposição Internacional de Esquerda, o grupo liderado por Pedrosa muda de nome para Liga Comunista do Brasil (LCB). Atuam com o objetivo de combater, dentro da III Internacional (IC), o stalinismo, visto como uma orientação que se afastava das bandeiras democráticas e revolucionárias. Nesse período, a IC se inclinava a uma política antifascista, de colaboração de classes com setores das burguesias. Ademais, agravava-se a pressão contra adversários do stalinismo, com muitas expulsões por divergências com a direção – ocasião em que sofreram perseguições inclusive antigos bolcheviques, que tinham sido companheiros de Lênin. No Brasil, Mário Pedrosa liderou a resistência, em particular a defesa da unidade da classe trabalhadora no combate ao fascismo – que se erguia. Em São Paulo, é formada a FUA (Frente Única Antifascista), agrupando muitas organizações socialistas e anarquistas, que passa a editar o jornal O Homem Livre (no qual Pedrosa publicou vários textos). Em 1934, a FUA decidiu impedir o desfile dos fascistas integralistas em São Paulo; ocorreu um confronto armado na Praça da Sé, e Pedrosa foi um dos atingidos por tiros. Nos anos seguintes, há novos choques políticos. Os comunistas brasileiros alinhados com Moscou, orientados pela IC a buscarem uma aliança com a burguesia, criam a ANL (Aliança Nacional Libertadora) – em uma tentativa de frente democrática ampla. Contudo, a aventura militar comunista de 1935 serviria como pretexto para a repressão ao conjunto das organizações dos trabalhadores, facilitando o caminho para a ditadura de Vargas. Pedrosa criticava a ANL, por ter nascido de um acordo entre dirigentes do Partido Comunista e alguns militares e políticos pequeno-burgueses. Sua ação ganhou praticamente toda a seção paulista do PCB, liderada por Hermínio Sachetta, num momento de crescentes perseguições (ditadura do Estado Novo). Pedrosa exilou-se na França, em 1937, fugindo da polícia varguista, e logo se integrou às tarefas políticas do movimento pela IV Internacional, um desdobramento da Oposição Internacional de Esquerda. Em 1938, em conferência realizada em Paris, foi delegado, representando as seções latino-americanas; ao final foi eleito representante da América Latina e membro do I Comitê Executivo da IV Internacional. No ano seguinte, mudou-se para Nova Iorque com toda a direção da IV Internacional, recém-eleita, e dois anos depois se afastou da organização, por discordar da proposta de defesa incondicional da URSS. Com o fim da guerra em 1945 e sua volta ao Brasil, Pedrosa dirige a publicação do jornal Vanguarda Socialista no Rio de Janeiro, agrupando antigos simpatizantes. O grupo em torno do jornal aproximou-se de outros grupos socialistas contrários ao stalinismo, e daria origem à chamada “Esquerda Democrática”, que teve seu manifesto de fundação aprovado em agosto de 1945; já em agosto de 1947, adota o nome de Partido Socialista Brasileiro (PSB), que duraria até 1965. Em 1956 o coletivo liderado por Pedrosa e Raquel de Queiroz se afasta e forma a Ação Democrática. Ao mesmo tempo que exercia ativamente sua militância política, Mário Pedrosa  desenvolveu a atividade profissional de crítico de arte – sempre baseando sua análise no marxismo –, por meio de que buscou libertar a arte brasileira do seu isolamento nacional, provinciano. Defendeu para arte brasileira a necessidade da renovação da experiência, do espírito ventilado e internacionalista, valorizando ao mesmo tempo a identidade local. Tratava-se de um posicionamento político e libertário em relação à produção e criação artística, que se chocava de um lado com o nacionalismo conservador, mas também com o realismo socialista e panfletário dos artistas ligados ao PCB ou em sua esfera de influência. Esteve presente nos grandes eventosContinuar lendo “O marxismo de Mário Pedrosa”

O marxismo de Luiz Carlos Prestes

Líder revolucionário e dirigente do Partido Comunista Brasileiro, protagonizou eventos históricos (Tenentismo, Aliança Nacional Libertadora), legando importantes contribuições para a compreensão da Revolução Brasileira Por Anita Leocadia Prestes * [PDF]   PRESTES, Luiz Carlos; “Cavaleiro da Esperança” (brasileiro; Porto Alegre, 1898 – Rio de Janeiro, 1990) 1 – Vida e práxis política Nascido em Porto Alegre (RS), filho de Antônio Pereira Prestes, oficial do Exército que participou do movimento republicano de 1889, e Leocadia Felizardo Prestes, o jovem Prestes acompanhou os pais e as irmãs para viver no Rio de Janeiro em busca de tratamento para o pai, acometido de grave enfermidade. Em 1908, com o falecimento do pai, a família atravessa grandes dificuldades financeiras, enfrentadas com coragem por Leocadia na educação do filho e das suas quatro irmãs. Órfão de oficial do Exército, o jovem Prestes, gozando da gratuidade do ensino, ingressa no Colégio Militar, dando início aos onze anos à carreira militar. Aluno brilhante, em 1916, matricula-se na Escola Militar de Realengo (RJ), continuando sua formação como engenheiro militar, concluída em 1919, passando a servir na Companhia Ferroviária em Deodoro (RJ). Promovido a primeiro-tenente, Prestes participa da conspiração tenentista iniciada em 1921 e da preparação do levante de 5 de julho de 1922 na capital da República, do qual, acometido de tifo, não pôde participar. Derrotado em poucas horas, o movimento tornou-se conhecido com o Levante do Forte de Copacabana ou “Os 18 do Forte”. Sob a suspeita de conspirar contra o governo, o então capitão Prestes é transferido para o Rio Grande do Sul com a missão de fiscalizar a construção de quartéis. Suas denúncias da corrupção nessas unidades levaram as autoridades a transferi-lo para o comando de uma companhia do Primeiro Batalhão Ferroviário (1ºBF) de Santo Ângelo. A conspiração tenentista prosseguiu com os objetivos de: depor o presidente Artur Bernardes, passando o poder a um político que cumprisse a Constituição de 1891 então desrespeitada; e de introduzir o voto secreto, eliminando a fraude eleitoral e estabelecendo uma justiça independente que respeitasse os preceitos liberais consagrados pelo regime republicano. O programa era limitado, já que as questões sociais não eram contempladas e sua execução caberia aos militares. Os “tenentes” não pretendiam mobilizar o povo. Em 1924, teve lugar o “Segundo Cinco de Julho” – o levante tenentista em São Paulo, sob o comando do general Isidoro Dias Lopes e do major da Força Pública desse estado Miguel Costa. Violentamente reprimidos pelo governo federal, os rebeldes se deslocaram para o Sul do país, estabelecendo-se na região de Foz do Iguaçu. Prestes participava da conspiração tenentista no Rio Grande do Sul e, ao mesmo tempo, preparava os soldados do 1ºBF para atuarem organizadamente no levante projetado. Na cidade de Santo Ângelo, onde instalou nova iluminação elétrica, gozava de grande prestígio. Em setembro de 1924, pediu demissão do Exército para melhor conduzir a conspiração no estado. O levante rio-grandense teve início na noite de 28 de outubro. Inicialmente contou com a adesão de poucas unidades militares e de alguns caudilhos simpáticos aos “tenentes” liderados por Assis Brasil, chefe civil dos “tenentes”. Os rebeldes em sua maioria foram logo desbaratados pelas tropas inimigas. Apenas o batalhão sob o comando de Prestes e do tenente Mário Portela Fagundes, com a adesão total dos seus soldados, deslocou-se para São Luiz Gonzaga. Nessa região, Prestes e Portela organizaram cerca de 1500 combatentes, mal armados, mas resistindo ao cerco de 14.000 homens mobilizados pelo governador Borges de Medeiros, com o apoio do presidente Bernardes. Devido à inferioridade numérica e de armamento dos rebeldes, Prestes executou um outro tipo de tática, conhecida como “guerra de movimento”: deslocar-se com grande rapidez, mantendo contato com o inimigo para assim conhecer seus movimentos e persegui-lo com eficácia. As “potreadas” – pequenos grupos de soldados que se afastavam da tropa rebelde para obter informações levadas aos comandantes – cumpriam essa missão. Mobilidade e surpresa, dois aspectos importantes da “guerra de movimento”, garantiram aos rebeldes o rompimento do cerco de S. L. Gonzaga, a formação da Coluna Prestes e a marcha exitosa rumo ao Paraná, ao encontro dos companheiros remanescentes do levante de São Paulo. Em abril de 1925, reunido em Foz do Iguaçu, com oficiais das tropas paulistas que, derrotados pelo general Cândido Rondon, pretendiam em sua maioria abandonar a luta, Prestes, em nome da vitoriosa Coluna gaúcha, afirma a decisão de dar prosseguimento ao movimento rebelde, propondo a marcha pelo interior do Brasil, atraindo as tropas governistas e propiciando levantes tenentistas nas capitais litorâneas. Parte da oficialidade paulista aceita a proposta e as tropas sob seu comando são incorporadas à Coluna Prestes, como seria conhecida. Seus combatentes formam quatro destacamentos, Miguel Costa torna-se o comandante, e Prestes o chefe do Estado-Maior da Coluna reorganizada. Contando com menos de 1.500 combatentes, inclusive 50 mulheres, a Coluna percorreu 25.000 km, atravessando o Brasil de Sul a Norte, de Leste a Oeste, tendo passado por 13 estados e participado de 53 combates, sem sofrer derrotas e vencendo 18 generais governistas. Desmentindo a propaganda do governo, a Coluna procurou fazer justiça por onde passou, atraindo a simpatia da população com que teve contato. Devido à precariedade do seu contingente numérico e do armamento disponível, os rebeldes não puderam atingir seus objetivos políticos iniciais, migrando militarmente invictos para a Bolívia. O contato com a população do interior do Brasil, durante o périplo da Coluna, contribuiu para que Prestes – sob o impacto do quadro de miséria que observou e que o surpreendeu – decidisse dedicar-se ao estudo das suas causas, passando a defender o encerramento da marcha. A partir de fevereiro de 1927, na Bolívia, inicia a leitura de obras marxistas, levadas por jornalistas brasileiros e por Astrojildo Pereira, então secretário-geral do Partido Comunista do Brasil (PCB), que faz o primeiro contato desse partido com o “Cavaleiro da Esperança” (denominação então lançada pelo jornal carioca A Esquerda). Na Argentina, desde 1928, Prestes sobrevive do comércio, enfrentando dificuldades, e trabalha como engenheiro civil. Lê O Capital de Marx, O Estado e a Revolução deContinuar lendo “O marxismo de Luiz Carlos Prestes”

Dicionário marxismo na América: um resgate histórico de memórias combatentes

Após meia década de trabalhos coletivos, vem a público obra que registra vida, pensamento e práxis política dos primeiros marxistas das nações americanas Por Yuri Martins-Fontes, Joana Coutinho, Pedro Rocha Curado, Felipe Deveza, Paulo Alves Jr. e Solange Struwka * O Dicionário marxismo na América é uma obra de resgate histórico da memória dos primeiros pensadores e militantes que, a partir do referencial teórico do materialismo histórico, se dispuseram a refletir e enfrentar os problemas sociais, políticos e econômicos próprios das novas nações americanas, dando início ao desenvolvimento do pensamento-luta marxista no continente. Trabalho educacional e crítico de características inéditas, sobretudo em língua portuguesa, o projeto é coordenado pelo Núcleo Práxis de Pesquisa, Educação Popular e Política da Universidade de São Paulo – organização que se dedica a atividades políticas e de educação popular – e envolve atualmente quase uma centena de pesquisadores voluntários, de diversos países, nessa operação de investigação arqueológica das origens do marxismo nas Américas. Os primeiros tomos, previstos para mais de mil páginas, trazem verbetes que abarcam biografias e ensaios sobre as ideias e práxis política de cerca de 150 marxistas que viveram, escreveram e atuaram nos países americanos – em um período que abrange desde o século XIX (formação do marxismo no continente), até os anos 1970 (quando se agrava a crise estrutural capitalista e se multiplicam os marxismos). Por ora, após meia década de esforços coletivos, o dicionário marxista começa a vir a público de modo gradual: seus verbetes poderão ser lidos livremente na rede, no formato de “artigos”, disponíveis periodicamente no portal do Núcleo Práxis-USP e republicados por destacados portais parceiros. Esta degustação prévia – do primeiro volume, relativo ao período de formação do marxismo na América – se estenderá ao longo dos próximos anos, visando tanto a popularização da obra (cujo objetivo é não só teórico, mas educacional), como dar espaço a leituras críticas e eventuais aprimoramentos dos textos, antes de vir a público em formato livro. Aguardada para breve, a publicação completa está a cargo das Edições Práxis em coedição com a Editora Expressão Popular, e contará com duas edições: uma impressa (a preços populares) e outra digital (gratuita). Primórdios da obra Nos idos de 2015, os fundadores do Núcleo Práxis-USP, entre encontros políticos e debates do Grupo de Estudos sobre o Marxismo (um de seus primeiros projetos), começam a cogitar expandir as atividades do coletivo no sentido da educação popular. Era uma época difícil, em que se gestava no Brasil um golpe de Estado – concretizado no ano seguinte. Em meio a este contexto, dois novos projetos são pensados: um fórum de discussão sobre direitos sociais (que pouco mais tarde foi constituído, em parceria com associações e comunidades da capital paulista); e uma antologia, em um só tempo crítica e didática – que reunisse ensaios sobre destacados marxistas latino-americanos, de modo a oferecer a estudantes e trabalhadores um panorama das teorias e práticas marxistas desenvolvidas em nossa América. Nesse processo, o coordenador-geral do Núcleo Práxis, Yuri Martins-Fontes, em reunião no Laboratório de Economia Política e História Econômica da USP, expôs a ideia ao professor Wilson do Nascimento Barbosa, que dirigia as pesquisas da entidade. Em uma tarde de diálogo, a ideia se lapidou e expandiu. Ao invés de mais uma antologia, com complexos artigos, que tenderia a se restringir ao território da academia – ponderou-se: por que não reunir mais esforços e produzir uma obra maior, uma publicação educativa, de referência, com textos mais breves mas que dessem conta de apresentar a grande diversidade de problemas e correntes do marxismo desenvolvidas por mais de um século ao longo do continente – um livro que pudesse servir não só aos estudos secundários e universitários, mas à formação política de jovens socialistas? A semente estava plantada. O projeto chegou a ser redigido e apresentado a uma prestigiada editora, que requereu um verbete, como exemplo. O coordenador respondeu a solicitação, elaborando um primeiro texto sobre Mariátegui, baseado no modelo que recentemente desenvolvera em sua tese sobre o marxismo latino-americano (depois publicada como Marx na América). A editorial aprovou a publicação, embora ressaltando que naquela conjuntura não poderia se engajar na produção do projeto. A realidade nacional – econômica, social, cultural – que não era favorável, logo se deteriorou. O Núcleo Práxis-USP contava então com pouco mais de uma dezena de membros, dentre os quais poucos se dispuseram à aventura. Sem apoio material ou ao menos estrutural, o plano foi engavetado. O renascimento No ano de 2018, o Núcleo Práxis vive um período de crescimento, como resultado da movimentação em torno de seus projetos – em especial o Grupo de Estudos (que então lia O capital, de Marx), a tradução coletiva Historia y Filosofía (seleção de Caio Prado Júnior, publicada em 2020, na Argentina), e o Fórum de Formação Política de Lideranças Populares (cujas conversas regulares reuniam educadores e lideranças comunitárias). Muitos militantes – pesquisadores de diferentes áreas, universidades e países – aderem ao coletivo. Com este movimento de expansão, a organização ganha ânimo e braços para considerar novas ações. Reuniões sobre possíveis rumos se sucedem, até que é aprovado o plano de se construir uma publicação periódica: uma revista política de viés popular, que oferecesse a estudantes e trabalhadores alguma voz dissonante naquele ambiente fascista que reverberava no país – época de crescente irracionalidade, senão apoiada, consentida pela grande mídia e demais forças neoliberais, irritadiças com as reformas sociais (básicas) dos governos populares. Nossa experiência com periódicos era pequena – limitando-se à de poucos membros, que na década de 2000, haviam editado por alguns anos o tabloide A Palavra Latina. Por outro lado, o bom momento do coletivo se mostrava na própria intenção, manifesta por vários dos participantes, de se embrenhar em um projeto periódico – de fôlego. Há um vai-e-vem de propostas, debates, até que o plano Dicionário é retirado da gaveta. Parcialmente reelaborado, é apresentado a interessados, em reunião que tem lugar em teatro do Centro de São Paulo, reunindo membros do Núcleo Práxis que orbitavam a ideia da publicação, além deContinuar lendo “Dicionário marxismo na América: um resgate histórico de memórias combatentes”